El cantautor guayaquileño Jorge Luis del Hierro interactuó con sus fans durante el concierto. Al finalizar su presentación, se despidió de ellas dándoles la mano.---------------------------------------------------------------------------------------
Cerca de las 23:00 del pasado viernes, la voz en off de Jorge Luis del Hierro resonaba en el Casino Sol. Aseguraba que su show sería más que música: sería un espacio de reflexión. Y, finalmente, luego de que sus fans intentaran, inútilmente, encontrar el lugar de donde provenía su voz, salió al escenario.
Sin preámbulos, cantó María Puñales ante los aplausos y gritos de algunas asistentes. “Arriba mujeres”, expresó para avivar su ánimo. Sonriente, agradeció al público que fue a verlo y confesó que no esperaba que tanta gente acudiera.
Un poco más romántico se mostró después con No lo cambio por nada y con Dime quién pierde más, dejó claro, cambiándole la letra a una frase de su canción, que “quien no vino al casino perdió”, lo que fue respaldado por sus fanáticas.
Hizo una pausa y manifestó que esperaba continuar con su show por todo el país, para que la gente no siga “perdiendo la conciencia”. Así, pasó de músico a profesor, haciéndole repetir a la gente palabra por palabra el trío de vocablos que componen su último tema: Color Sabor Sistema.
Bailando y saludando a sus seguidores, el guayaquileño interpretó su tema y se dio un tiempo para recalcar que “depende de nosotros lo que podamos hacer”. Bajó la intensidad de su ritmo con Mostrarte el camino, tema en el que aprovechó para secarse con una toalla blanca, que después lanzó al público.
Romántico, como él dice ser, interpretó Tú me vas sanando, pero también mostrándose seguro de lo que quiere cantó Devuélveme a ella, parándose al filo del escenario y posando para los celulares y cámaras de sus fanáticas. “¿Dónde están las mujeres”, dijo, y ante la masiva respuesta, un juego de confeti cayó desde lo alto. Con papelitos de colores dispersos por todo el lugar, rememoró la canción de Abba, Chiquitita, y la de Pibes Chorros, Qué calor. Ante una multitud que ya empezaba a bailar, presentó a su banda y pidió aplausos para ellos.
De los covers pasó a un tema de “esperanza”, Voy dibujando. Con los brazos arriba, Del Hierro invitó a su público a que haga lo mismo, hasta que un conjunto de extremidades superiores llegaron a verse, moviéndose acompasadas. “Ese hombre canta hermosísimo, sabe cómo hacer un concierto”, dijo emocionada Sara Betancourt, quien estaba entre el público.
El ser humano tiene libre albedrío, sostienen algunas doctrinas filosóficas, pero en cierto momento, cada fan quiso quedarse Prisionero del cantante, quien afirmó: “esta es una de las canciones más grandes de la música ecuatoriana, aunque digan lo que digan”.
El tema fue coreado en su totalidad y cuando finalizó, la gente pedía por “otra, otra”. Del Hierro los complació y cantó por segunda vez Color Sabor Sistema, haciendo varios movimientos de cadera y desplazándose por el escenario, que simulaba ser un espacio en contacto con la naturaleza. “Gracias por todo, los quiero muchísimo”, fueron las últimas palabras de Jorge Luis del Hierro en su “verde regreso”.
Nota tomada del diario El Universo
